Una persona puede declararse en quiebra cuando enfrenta una situación financiera insostenible y no tiene los medios para cumplir con sus obligaciones financieras. Este proceso tiene implicaciones significativas y puede afectar el historial crediticio del deudor durante varios años. Además, no todas las deudas son liberables en un proceso de quiebra, y algunos activos pueden ser vendidos para pagar a los acreedores.
El primer paso es recopilar documentación que respalde tu situación financiera, si los intentos de negociación con los acreedores han fracasado y consideras que la quiebra es la única opción, tu abogado presentará una solicitud de quiebra ante el tribunal. Nuestros abogados evaluarán tu situación financiera y te asesorarán sobre la viabilidad de la quiebra y los pasos a seguir.
La ley de quiebra 20.720 en Chile es una normativa legal que busca proporcionar un mecanismo de protección y reorganización para aquellos que están enfrentando problemas económicos graves. Una vez presentada la solicitud de quiebra, el tribunal designará a un administrador de quiebras, para evaluar tu situación financiera, supervisar el proceso de quiebra y garantizar que se cumplan los procedimientos legales. Y por último, el tribunal tomará una decisión basada en el informe del administrador.
Si, es posible renegociar las deudas con los acreedores. Pero debe entenderse que siempre este nuevo acuerdo aumentará el monto adeudado y modificará los plazos. Se establecerá una nueva forma de pago, contrayendo una nueva obligación de pago. Esto en términos generales, no lo recomendamos.
Lo primero que debes hacer es comprender tus obligaciones financieras y estar al tanto de tus deudas. Luego si te enfrentas a dificultades para pagar tus deudas, considera comunicarte con tus acreedores para buscar soluciones. Por último, consulta la asesoría de uno de nuestros abogados para ayudarte con la protección de tus bienes.
El tiempo que toma una demanda por deuda en Chile, podría variar desde varios meses hasta varios años, ya que depende de circunstancias como el tipo de proceso, la respuesta del deudor, la carga de trabajo del tribunal, la recopilación de pruebas y si el deudor utiliza recursos legales para impugnar la demanda o presentar apelaciones.